Tríptico Portinari
El niño Jesús se encuentra en el suelo rodeado de rayos de luz para representarlo como la Luz del mundo. Su madre María, el padre José, varios ángeles y los pastores lo rodean en adoración. En el fondo, el momento previo en la secuencia narrativa, cuando el ángel anuncia el nacimiento del Salvador, se representa en el paisaje circundante. La continuidad del paisaje de fondo borra la división entre la imagen central y los paneles laterales, donde la familia que encargó el trabajo se muestra en oración bajo la protección de cuatro santos. A la izquierda, el apóstol Tomás y San Antonio el Grande presiden la cabeza de la familia Tommaso Portinari y sus dos hijos Antonio y Pigello, mientras que a la derecha, Santa Margarita, victoriosa sobre el dragón que la había tragado, y María Magdalena, con una frasco de ungüento, vigile a María Baroncelli Portinari y su hija Margherita. Las diferentes proporciones de los santos y los miembros de la familia reflejan su posición en la jerarquía social y religiosa.
Originario de Florencia, Tommaso Portinari (1428-1501) vivió en Brujas durante muchos años, donde trabajó como representante del banco de la familia Medici. En 1470 se casó con María Baroncelli, también de Florencia; La familia está representada con ropa y peinados que reflejan la moda flamenca de la época. Durante su estancia en Flandes, Tommaso Portinari encargó al pintor flamenco Hugo van der Goes que pintara el Tríptico de la Adoración de los Pastores para adornar la capilla de la familia Portinari en la iglesia de Saint Giles en el hospital Santa Maria Nuova de Florencia. La llegada de la pintura a Florencia en 1483, después de llegar a Pisa por mar, fue todo un acontecimiento; El trabajo fue percibido como extraordinariamente innovador a los ojos de los pintores florentinos, quienes elogiaron particularmente la semejanza realista de los objetos, el paisaje y los rasgos faciales. Las imágenes de la naturaleza muerta en el primer plano central son asombrosas y abundan en referencias simbólicas: el iris blanco y el lirio rojo aluden al tema de la pureza y la sangre de Jesús derramada durante la Pasión de Cristo, la aguileña púrpura representa el dolor de la Virgen María. , mientras que los claveles simbolizan la Santísima Trinidad.
Cuando estaba cerrado, el tríptico mostraba una representación de la Anunciación, pintada en blanco y negro en el reverso de las puertas.
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