Plaza Garriga i Bachs
En frente del claustro de la catedral de Barcelona se encuentra la Plaza Garriga i Bachs, es una plaza, pequeña donde se aprecia el monumento a los mártires de la independencia de 1809, esta adosado a la fachada lateral de la Iglesia de San Severo, y sobre un pedestal de granito se ubican las figuras en bronce de los mártires de las tropas napoléonicos. Este monumento realista contrasta sorprendentemente con el estilo gótico predominante de los edificios circundantes.
Las esculturas fueron realizadas en 1929 y ubicadas en la plaza varios años más tarde en recuerdo a los ocho barceloneses que fueron ejecutados por las tropas francesas que ocupaban la ciudad para 1809. Josep Llimona recibió el encargo de crear los cinco elementos de bronce que superan el zócalo. Las esculturas están marcadas por un realismo carente de dramatismo. Este monumento muestra a las personas que habían sido condenadas al garrote, poco antes de su ejecución en la Ciudadela, incluido el hombre por el que se llama la plaza, Garriga i Bachs, quien cedió el terreno para su colocación. La placa en el zócalo lleva el nombre de los insurgentes. Se añadió un relieve de alabastro al monumento en 1941 cuando se volvió a dedicar después de la Guerra Civil Española. Representa una serie de ángeles y fue esculpido por Vicenç Navarro. El monumento está rodeado por bancos de cerámica, el mosaico, basado en un grabado de Bonaventura Planella, retrata la entrada de las tropas napoleónicas a la ciudad.
El monumento fue colocado por el régimen franquista, sin embargo no fue lo único que dejó en la plaza, ya que en la fachada lateral de uno de los edificios que la rodean se observan claramente agujeros de impactos realizados durante la Guerra Civil Española.
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