Fidias
James PRADIER.
Escultura de s. XIX, encargado para la corte del Louvre en 1831, destinado para el jardín de las Tullerías en 1832. Expuesto en el jardín de las Tullerías de 1835 a 1993. Pradier es un escultor neoclásico influenciado por la corriente romántica y un arte elegante y sensual. Se le atribuye un cierto talento, pero también una naturaleza brutal y vanidosa, siempre buscando deslumbrar a sus interlocutores. Profesor designado en la Escuela de Bellas Artes, Oficial de la Legión de Honor, James Pradier obtiene muchas órdenes oficiales donde celebra el cuerpo humano. Muy popular, goza de una gran reputación; toda una sociedad de músicos, poetas, escritores, políticos, frecuentan su estudio.
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Patrocinio ya no está en manos de las grandes familias aristocráticas cuya fortuna se ha visto empañada por la Revolución es, los artistas deben regresar a las ciudades del estado y mayores. Pradier lo usó bajo la Restauración y especialmente bajo la Monarquía de Julio. Se aprovechó de la benevolencia oficial del rey Luis Felipe (Fig. 9) y de la reina Marie-Amélie (Fig. 11), sin acceder al círculo de los fieles de la comitiva real, con un enemigo declarado en el el pintor y escultor Ary Scheffer, profesor de escultura de la princesarie d'Orléans. Sin embargo, él es el responsable de la realización de diversas estatuas o bustos de su hijo, Fernando, Duque de Orleans (Fig. 10), murió accidentalmente en julio de 1842.
Es verdad que su talento y su red de amigos en la administración superior le sirven. Aprovechó sus buenas relaciones con el conde de Cailleux, secretario general y luego director en 1841 de los Museos Reales. Será lo mismo, después de la caída de la Monarquía de Julio, con su sucesor el Conde de Nieuwerkerke, escultor y amante de la escultura.