La intervención de una mujer Sabina
La intervención de una mujer Sabina, Jacques-Louis David.
La mujer central está parando un baño de sangre. Ella pertenecía al pueblo de los Sabinos y había sido raptada por los romanos. Cuando los Sabinos intentan rescatarla se produce una guerra entre ambos. En ese momento, ella interviene entre su marido, el rey de Roma, y su padre, el rey de los Sabinos. Si miramos los detalles, vemos que el cuadro está situado en Roma, porque se observan las murallas del Capitolio. Una mujer en el centro está apuntando a un niño, otra se está tirando hacia los pies de un guerrero.
David fue un pintor francés y el padre del neoclásico de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX. En su pintura siempre buscó la inspiración en los modelos escultóricos y mitológicos griegos, basados en su austeridad y severidad. Fue muy activo durante la Revolución francesa, especialmente bajo el gobierno de Robespierre y Napoleón Bonaparte. Este cuadro se crea exactamente bajo la Revolución para llamar a la reconciliación del pueblo francés luego de este gran conflicto civil bélico.
Este cuadro es importante porque inspira a esa reconciliación necesaria para el pueblo francés luego la Revolución Francesa. Se puede ver en el cuadro que un jinete a la derecha está enfundando su espada, mientras que a lo lejos cascos y manos son levantadas en señal de paz. También la figura femenina es crucial, porque es ella la que comienza la búsqueda de la paz, algo que no se repite necesariamente en todas sus obras.
© Tourblink
El artista, quien fue un gran defensor de la revolución, fue encarcelado. La idea se le ocurrió mientras estaba preso, sin embargo, la llevó a cabo hasta que obtuvo su libertad. Lo que intentó hacer con esta obra era que los nuevos gobernantes franceses lo catalogaran como un hombre de paz, por lo que él siempre afirmó que ésta era su obra maestra, incluso por encima de los retratos que hizo de Napoleón.
A pesar de la opinión del artista acerca de su propio cuadro, la obra no fue comprendida por el público, los cuerpos masculinos fueron considerados como afeminados. Por otro lado, este cuadro fue considerado como un homenaje a las mujeres. También fue considerado un llamado a la unidad y la paz, por el rencor y las divisiones que generó la Revolución francesa.