Esclavos de Miguel Ángel
por Michelangelo Buonarrotti
Tiziano, Rafael, Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel fueron los titanes del arte italiano del siglo XVI. Su trabajo revela una sensación de sencillez y armonía que las convierte en verdaderas obras maestras.
El Louvre alberga dos esculturas de Miguel Ángel. El artista fue encargado de trabajar en el mausoleo del papa Julio II, pero el proyecto fue cambiado varias veces y Miguel Ángel los dejó inacabados. 40 estatuas fueron originalmente destinados a la tumba.
Las secciones acabadas de las figuras nos recuerdan el deseo de Miguel Ángel de reproducir, si no superar, la belleza de las esculturas antiguas. El Esclavo Rebelde se retuerce mientras se esfuerza por liberarse. La forma flexible y sensual del esclavo moribundo expresa la paz y la armonía. Podemos ver el uso de Contrapposto, cómo el cambio de peso sobre un pie crea una sensación de serenidad y movimiento. Se dice que Miguel Ángel eligió esculpir una alegoría inspirada en Platón: el alma humana está encadenada al cuerpo como un esclavo, su prisión terrenal. Cada esclavo expresa una emoción diferente al problema: un esclavo sufre mientras que el otro se abandona a la sensualidad. Miguel Ángel logra unir el mundo físico y el espiritual en estas obras.
Otra interpretación por su carácter incompleto se basa en métodos técnicos. ¿Hubo un problema con el mármol? Si nos fijamos en la cabeza del esclavo rebelde, hay un grano fino que le atraviesa la cara. Sin embargo, también es importante destacar que Miguel Ángel disfrutó dejando rasgos de su trabajo, como sus marcas de herramientas. Es un recuerdo de la inversión y el esfuerzo del artista, que siempre consideró la escultura como la más noble de las artes. Miguel Ángel fue luego a pintar la Capilla Sixtina del Papa Julio II.
Miguel Ángel donó a los esclavos a Roberto Strozzi que más tarde los regaló al rey de Francia, François I. Sólo se han exhibido en el Louvre desde la Revolución.
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Fueron seis los esclavos que esculpió Miguel Ángel, sin embargo, sólo dos de ellos se encuentran en el Museo del Louvre y los cuatro restantes están ubicados en la "Galleria dell'Accademia", en Florencia. Estos últimos cuatro, quedaron inacabados y fueron donados por el propio Miguel Ángel al gran duque Cosme I, quien los colocó en los Jardines de Bóboli; para posteriormente ser trasladados a la Academia en el año 1909. Los cuatro esclavos, exhibidos en Florencia, representaron una enorme ventaja para conocer el método de trabajo de Miguel Ángel.
Las seis esculturas de esclavos estaban destinadas a ser parte de la tumba del Papa Julio II, quien fue uno de los benefactores de Miguel Ángel durante toda su vida. Empezó a trabajar en la tumba incluso antes de que muriera el pontífice Julio II, lo que demuestra le invirtió muchos años de trabajo a este proyecto que finalmente no resultó.
Se dice que cuando se desistió de incorporar a la tumba del papa Julio II, al Esclavo moribundo y al Esclavo rebelde, Miguel Ángel las regaló a Roberto Strozzi en 1546, quien las hizo llevar a Francia. Después de pasar por diferentes propietarios, el gobierno francés las confiscó en 1793, fecha desde la cual permanecen en el Museo del Louvre.