La princesa de broglie
Jean Auguste Dominique Ingres (29 de agosto de 1780 - 14 de enero de 1867) fue un pintor neoclásico francés. Aunque se consideraba un pintor de la historia según la tradición de Nicolas Poussin y Jacques-Louis David, al final de su vida fueron los retratos de Ingres, ambos pintados y dibujados, que fueron reconocidos como su mayor legado.
La muerte de Ingres marcó el final simbólico de la tradición de la pintura de historia monumental en Francia. A mediados de la década de 1860, la vida contemporánea, como se muestra en la obra de artistas realistas, había usurpado las hazañas de los antiguos como la preocupación temática dominante de la pintura moderna. A pesar de haber estado rodeado por un grupo de devotos fanáticos, Ingres no dejó ningún alumno que sostuviera su visión artística cada vez más anticuada.
La princesa de Broglie es uno de sus últimos retratos característicos de su obra. La cara es inmediatamente reconocible. La anatomía es creíble, pero en los detalles está un poco distorsionada: los brazos y las manos, por ejemplo, carecen tan elegantemente de hueso y músculo que parecen apenas capaces de sostener un abanico. Los colores son inusuales y las texturas son exuberantes. La profundidad detrás de la niñera se corta, eliminando las distracciones, centrando nuestra atención en los detalles de la pose, el traje y los accesorios que revelan el carácter de esta mujer.
Pero Ingres no solo era altamente competente en caras y frou-frou. Era un artista altamente capacitado y con formación académica. Abajo se encuentra uno de sus bocetos de preparación para este retrato, que muestra que había considerado exactamente lo que estaba haciendo el cuerpo envuelto en la falda de aro. La modelo era una profesional, no la princesa de Broglie; de ahí la falta de detalles en la cara.
El retrato fue encargado por el esposo de la modelo, Albert de Broglie, pocos años después de su matrimonio infortunado. Pauline se vio afectada por la tuberculosis poco después de completar el exquisito retrato, dejando cinco hijos y un marido afligido. A lo largo de la vida de Albert, estaba envuelta en la tela de las paredes de la residencia familiar. El retrato permaneció en la familia de Broglie hasta poco antes de que Robert Lehman lo adquiriera.
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