Momia de hombre
Esta momia, una de las mejores conservadas del mundo, es la de un hombre que vivió en el período ptolemaico.
De acuerdo con las costumbres de este período, el cuerpo del difunto está cuidadosamente envuelto en tiras de lino cuya disposición alcanza, especialmente a nivel del rostro, una alta calidad artística. Está cubierto con varios elementos: una máscara que cubre la cabeza, un cuello grande descansando sobre el pecho, un delantal desplegado sobre sus patas y finalmente, un sobre para los pies.
Esta momia es, según los resultados de un examen de rayos X, la de un hombre adulto. Su rostro está cubierto con una máscara con características armoniosas en la parte superior de la que se representa un escarabajo alado, símbolo del renacimiento. El collar ancho que cubre su pecho se compone de varias filas de perlas y tiene cinceles en forma de cabeza de halcones. Sobre el delantal que cubre su cuerpo ocurren varias escenas divididas en registros. Uno puede ver a la momia acostada en una cama rodeada por las diosas Isis y Neftis y los cuatro hijos de Horus. Finalmente en la caja con los pies tienen lugar dos representaciones del dios del funeral Anubis. Los textos enumeran los nombres de todos los dioses presentes a quienes el difunto confía su destino, llamando con todos sus votos un hermoso funeral en la necrópolis.
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Es interesante mencionar que en el antiguo Egipto no todas las personas tenían acceso a las prácticas funerarias pertinentes para garantizar la conservación eterna, de hecho, la gran mayoría tenían que conformarse con un pozo excavado en pleno desierto y alguna modesta ofrenda. La preservación del cuerpo supondría una garantía adicional de supervivencia en el otro mundo.
El número de momias se incrementó a partir del Nuevo Imperio, por lo que la calidad del trabajo de momificación empezó a disminuir; no obstante, las momias de la época grecorromana son notables por la colocación bastante sutil de sus tiras. De acuerdo con los tiempos, se podía cubrir a la momia con una prenda, una máscara, una red de perlas y una tabla de madera decorada o un cartón de la Era ptolemaica.
Herodoto, un gran historiador y geógrafo, visitó Egipto alrededor del año 450 a.C., como resultado de su investigación dejó una descripción detallada de las operaciones de momificación. De acuerdo con lo anterior, se sabe que se ofrecían tres tipos de tratamientos corpóreos, los cuales variaban en precio y calidad. El proceso de momificación más elaborado implicaba la extracción del cerebro y las vísceras capaces de corromperse.