El templo
Detente ahora junto a la maqueta del Templo para conocer como fue el génesis y posterior evolución de esta obra maestra.
La construcción de la Basílica de la Sagrada Familia nace de la iniciativa de Josep Maria Bocabella i Verdaguer, librero barcelonés de fervorosa fe católica que en 1870 tras su visita al santuario de la Sagrada Familia de Loreto, queda maravillado de tal manera que decide construir una réplica en Barcelona, en concreto, adquiere estos terrenos del Ensanche y encarga el proyecto al arquitecto Francisco de Paula del Villar y Lozano, que se ofrece a trabajar sin cobrar, pues el templo se empieza construir con las aportaciones de los fieles de la Asociación de Devotos de San José. La primera piedra se colocó el 19 de marzo de 1882, Día de San José, y la construcción se inició, como era costumbre, por los cimientos de la cripta.
Bocadella soñaba con construir una réplica exacta del santuario de Loreto, pero Villar lo convence para edificar un templo neogótico, de acuerdo con las tendencias del momento. Inspirado en las grandes catedrales medievales, contemplaba un edificio de tres naves con planta de cruz latina, una cripta de dimensiones notables, un ábside con siete capillas y un campanario de aguja situado sobre el pórtico de 85 metros de altura. Esta verticalidad, unida al diseño de contrafuertes exteriores y grandes ventanales alveolados, aportaba una clara identidad gótica al edificio.
En 1833, tras varias discrepancias con Bocabella, Villar presenta su dimisión, siendo encomendadas las obras a un joven y aún desconocido Gaudí, que acababa de cumplir 31 años y que también había trabajado para Villar. Gaudí fue nombrado arquitecto del templo el 3 de noviembre de 1883 encontrándose con un proyecto y unas obras ya iniciadas: los cimientos de la cripta finalizados y las columnas ya alcanzaban la mitad de su altura.
Gaudí, en unas pocas semanas cambia totalmente el proyecto original: plantea un Templo de enormes dimensiones, 90 metros de largo por 60 de ancho, sobre una planta en forma de cruz latina, con 5 naves, 12 campanarios, 6 cimborrios, siendo uno de ellos, el de Jesucristo, el elemento que culmina la Basílica con 172,5 metros de altura, y tres monumentales fachadas dedicadas al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús respectivamente. Gaudí no solo cambia la estructura del edificio, si no que da otro sentido y trascendencia a la obra: Plantea el Templo como una gran Biblia de piedra que explique la historia y los misterios de la Fe cristiana. Un vínculo entre la tierra y el cielo.
Hubo cosas que Gaudí no pudo cambiar y que lamentó profundamente, como fue la orientación del edificio. Le hubiera gustado proyectar el templo en una orientación canónica, es decir, hacia Jerusalén, la salida del Sol, el ábside (la cabecera de la planta de cruz) y la puerta principal de acceso (los pies de la planta de cruz) hacia el ocaso, pero, al estar ya construida la cripta no fue posible.
Durante la vida de Gaudí solo se completaron la cripta, el ábside y, parcialmente, la fachada del Nacimiento. Actualmente, con más de 137 años desde la colocación de la primera piedra, la Basílica sigue en construcción y se prevé acabar entre 2026 y 2028.
No sabemos a ciencia cierta cómo habría sido el templo si Villar hubiese finalizado su proyecto y tampoco cómo habría sido si Gaudí hubiese dirigido el proyecto desde su comienzo, Villar quería construir un templo contundente, pero desde luego Gaudí hizo una obra maestra universal, construyendo un templosuperlativo, que une fe y genio artístico.
Finalmente, indicar que el templo fue consagrado como Basílica Menor en 2010 por el Papa Benedicto XVI, y tiene capacidad para unas 8.000 personas.
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