Capilla madre

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La Capilla Madre, encargada por D. Catalina de Austria, es una verdadera obra maestra de la arquitectura portuguesa y del arte manierista. Construida para reemplazar la capilla original, que se consideró demasiado pequeña para honrar las tumbas reales del rey D. Manuel y la reina D. María, así como de la propia D. Catalina, la capilla mayor fue diseñada por Jerome de Rouen e inaugurada en 1572. Los principios estéticos innovadores de Jerome de Rouen son evidentes en el diseño de la capilla, que presenta elementos característicos de la influencia italiana que no se ven en ningún otro lugar de la arquitectura portuguesa. La capilla destaca del resto de la iglesia por su sobriedad de dibujo, clasicismo plano y riguroso, y el uso de mármoles de colores en contraste con la caliza de lioz utilizada en el resto del edificio.

En el lado izquierdo de la capilla se encuentran los sepulcros de mármol de los reyes D. Manuel I y D. María, mientras que en el lado izquierdo se encuentran los de su hijo, el rey D. João III, y su esposa, la reina D. Catalina de Austria. bien. El fondo de la capilla está adornado con un retablo con cinco pinturas del pintor manierista Lourenço de Salzedo, que representan escenas de la Pasión de Cristo y la Adoración de los Magos. En el centro de la capilla se encuentra un magnífico tabernáculo barroco de plata elaborado por el orfebre João de Sousa, regalo del rey D. Pedro II en 1675 como muestra de agradecimiento por la victoria en la batalla de Montes Claros en 1665, que aseguró la independencia de Portugal. .

El crucero de la capilla está flanqueado por dos capillas laterales que albergan altares dedicados a santos y tumbas de otros miembros de la familia real. Los intrincados detalles y la exquisita artesanía de la Capilla Madre la convierten en una atracción obligada para los visitantes de Lisboa. La fusión de influencias manieristas e italianas en su diseño, junto con la importancia histórica de las tumbas reales y las obras de arte que se encuentran en su interior, ofrecen una visión del rico patrimonio cultural y legado artístico de Portugal. Si es un aficionado a la historia, un entusiasta del arte o simplemente un viajero curioso, una visita a la Capilla Madre seguramente dejará una impresión duradera y profundizará su aprecio por la belleza y la grandeza de la arquitectura portuguesa.

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