Ayuntamiento y Palau de la Generalitat
La sede del Ayuntamiento de Barcelona y el Palau de la Generalitat de Cataluña se encuentran en la plaza Sant Jaume, en el distrito de Ciutat Vella, en Barcelona. Está delimitada por la calle del Bisbe, la calle de Sant Sever y la calle de Sant Honorat. El Palau o palacio, la sede del gobierno, tiene un edificio de origen medieval, enmarcado por una fachada renacentista y un Sant Jordi montado en su corcel. El ayuntamiento exhibe arquitectura neoclásica.
En la antigua ciudad romana de Barcelona, la Plaça Sant Jaume fue el sitio del Foro, el lugar de reunión y escenario para el debate político. Se podría decir que la plaza continúa cumpliendo el mismo papel hoy, ya que está flanqueada por las dos potencias políticas de Barcelona: el Ayuntamiento de Barcelona y la sede del gobierno catalán, el Palau de la Generalitat de Catalunya. Históricamente hablando, la primera forma de gobierno de la ciudad fue el Consell de Cent, o Consejo de Ciento, que se reunía en el Gran Salón, el Saló de Cent, desde 1373 hasta su disolución en 1714. El edificio de la ciudad. La sala comenzó en 1369, mientras que el Palacio fue adquirido en 1400 por la Diputación General de Cataluña. La estructura actual en realidad es anterior a su uso como sede gubernamental y tuvo que adaptarse a sus nuevas funciones con construcciones y renovaciones desde principios del siglo XV hasta mediados del siglo XVII. Tiene elementos góticos, como su patio central con una gran escalera y galerías que lo rodean. La fachada original del edificio, frente a la calle del Bisbe, también se construyó en un estilo gótico extravagante, al igual que la capilla de Sant Jordi. Su remodelación más reciente en 1928 le dio su aspecto actual.
La sede del palacio perteneció al poeta judío catalán Moixé Natán hasta el despido de los judíos en 1391. En ambos edificios, se pueden ver las fachadas góticas más antiguas y, si se trata de una temporada navideña, se exhibe un Belén o pesebre en la plaza, encargado a algun artista plástico contemporáneo. El Palau de la Generalitat es uno de los símbolos más valorados de Cataluña, entre otras razones porque ha logrado sobrevivir a tantos desastres históricos y políticos. Además, ha llegado a representar, junto con el Palau del Parlament, un bastión de la democracia en Cataluña.
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